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SABRINA BOURRÉ
JURISTA – ESPECIALISTA EN DERECHO PENAL Y DERECHOS DE LA INFANCIA – ESTRUCTURACIÓN EMPRESARIAL Y FISCALIDAD

Fue un combate judicial de muy alto nivel lo que llevó a Sabrina BOURRÉ al camino del derecho. Frente a desafíos de gran envergadura, supo transformar su compromiso en una verdadera experiencia jurídica, profundizando su conocimiento del derecho hasta especializarse. Su tenacidad y convicción condujeron, entre otros logros, al reconocimiento oficial —a través del informe del Comité contra la Tortura (CAT)— de que la violación de menores constituye una de las formas más extremas de tortura.

Sabrina BOURRÉ encarna la idea de que el derecho no se aprende solamente en los anfiteatros universitarios, sino también en el corazón de las batallas de la vida. Su trayectoria, forjada por la experiencia sobre el terreno, le otorga una comprensión instintiva de las luchas judiciales y de las realidades humanas que las atraviesan. Sabe escuchar, aconsejar y defender con una fuerza alimentada por su propio compromiso.

Dentro del despacho, quienes libran una batalla jurídica acuden naturalmente a ella. Porque más que una jurista, Sabrina BOURRÉ es una luchadora, una aliada valiosa para quienes defienden sus derechos, su dignidad y su futuro.

Mucho antes de dedicarse al derecho, Sabrina BOURRÉ se desarrollaba en el mundo de la música y del espectáculo en vivo. Apasionada por la creación musical y el canto, fundó una asociación dedicada a la producción de artistas y a la organización de eventos, lo que le permitió adquirir una sólida experiencia en el ámbito del entretenimiento y construir una red profesional amplia y dinámica. Autora, compositora e intérprete, creó posteriormente su propia empresa de producción musical y colaboró con Julien Thomas en el estudio TMProductions de Aix-les-Bains para producir sus dos álbumes de estudio.

Pero un giro inesperado transformó su camino. A raíz de un acontecimiento marcante en su vida, se sumergió en el estudio del derecho, impulsada por una gran capacidad de aprendizaje y una curiosidad intelectual insaciable. Lo que comenzó como una necesidad se convirtió rápidamente en una vocación: defender los derechos humanos y apoyar causas esenciales para la evolución de la sociedad se impuso como una evidencia.

Decidida a actuar, se comprometió en el ámbito asociativo, brindando un apoyo concreto a las personas en busca de justicia. Sensibilizada con la protección de los derechos de las mujeres y de los niños, colaboró estrechamente con abogados, juristas y magistrados jubilados, primero en el marco de acciones colectivas, y luego como observadora de las prácticas judiciales en materia de violencia contra menores y de medidas judiciales de tutela o acogida.

Muy pronto, su papel de observadora la llevó a ampliar su campo de análisis. Puso de relieve disfunciones sistémicas del aparato judicial francés, en particular en Grenoble. Durante casi tres años, en el marco de un proyecto mediático que lideró con determinación, recopiló más de un centenar de testimonios de ciudadanos que denunciaban abusos y desviaciones del sistema judicial, revelando así una problemática de alcance nacional.

Paralelamente, Sabrina BOURRÉ fue profundizando su experiencia jurídica, estudiando incansablemente los procedimientos penales, civiles, comerciales y constitucionales. Sus lecturas de referencia van desde la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y de la Corte de Casación, hasta las publicaciones de Doctrine y Dalloz, así como los informes de los Altos Comisionados de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en particular los del Comité contra la Tortura (CAT) y del Comité de los Derechos del Niño (CRC).

Gracias a su trabajo meticuloso y a su audacia jurídica, se convirtió en una de las primeras en Francia en calificar jurídicamente la violación de menores como un acto de tortura, y en defender esa argumentación ante instancias internacionales como el CAT en Ginebra y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Seis años después de sus primeras denuncias, el CAT publicó un informe de 70 páginas titulado «Incesto paterno y tortura institucional en Francia», reconociendo así la magnitud del problema y el impacto de su lucha.

En octubre de 2023 se produce un giro decisivo: es reclutada para trabajar en el proceso de independencia de Saboya. Junto al Maestro Dominique KOUNKOU y bajo su dirección, emprende un proceso de Validación de la Experiencia (VAE) para obtener su Máster en Derecho Internacional.

Convencido por su experiencia y su rigor, el Maestro KOUNKOU le propone convertirse en socia del Despacho Jurídico Kounkou. Una alianza basada en valores comunes y en una visión ambiciosa de la justicia, que ha contribuido a dar al despacho la proyección y notoriedad de la que goza hoy.

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